“Perdí una pierna. Es como si hubiese perdido toda mi vida”
4 agosto 2009

Louis* es un adolescente que fue atendido por los equipos médicos de MSF en el hospital de Rutshuru. Antiguo niño soldado, se enroló en uno de los grupos armados que luchan en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur. Resultó gravemente herido durante un combate y tuvieron que amputarle una pierna. Hoy, con la ayuda de un psicólogo de MSF, quiere olvidarse del tiempo pasado en el monte, de los enfrentamientos y de la violencia. Ésta es su historia.
“Mi nombre es Louis. Tengo 17 años. Cuando tenía 14, me convertí en soldado y me fui al monte a luchar.”
“Por entonces estaba en sexto grado de la escuela primaria. No tenía trabajo ni oportunidad de seguir estudiando. Nos pagaban 40 dólares por combatir. Era un niño y pensé que eso era mucho dinero. Así que acepté.”
“Tenía un arma. Maté a gente. Nos daban drogas para no sentir hambre ni sed. Durante un gran combate, me alcanzó una bala en la pierna. Permanecí en el bosque hasta que terminó la lucha. Luego me llevaron al hospital. Los médicos de MSF me cuidaron. Estaba inconsciente. Hoy sólo tengo una pierna. Voy con muletas para moverme, pero estoy esperando una prótesis. Éste es mi gran deseo. Y sigo esperando. No quiero pensar más en la guerra. Hoy no tomo drogas como hacía antes. Lamento realmente lo que ocurrió.”
“Quiero decir a los niños del Congo que no se hagan soldados cuando todavía son tan jóvenes. Se sufre mucho.”
“Aquí en el hospital de Rutshuru recibo tratamiento y un psicólogo se ocupa de mí. Esto me ayuda mucho. Perdí una pierna. ¡Es como haber perdido toda mi vida! Y vi tantas cosas cuando combatía… A veces, cuando recuerdo ciertas cosas, me duelen mucho. Hay imágenes que me inquietan cada vez que me vienen a la cabeza. Cuando eso ocurre, pierdo todas mis fuerzas.”
“Escucho música. Sólo tengo la radio. Cuando la escucho, me ayuda a no tener otros pensamientos. Solía cantar con mis padres. Pero lo he olvidado todo. Ha pasado mucho tiempo desde que canté por última vez, desde que escuchaba música. No sé donde está mi familia… Mi tía está aquí cuidando de mí. Estamos buscándoles. Pero mi padre murió cuando yo era pequeño.”
“Ahora me quedo mucho en casa. Mi mejor amigo se llama Jacques*, me cae muy bien. No ha sido soldado. Estudiábamos juntos. Sabe que he sido soldado. Mucha gente lo sabe. Le cuento cosas de la guerra a Jacques. Le sorprende que me alistase en un grupo armado porque era un niño.”
“Quiero decir a los niños del Congo que no se hagan soldados cuando todavía son tan jóvenes. Se sufre mucho. Quiero que escuchen mi consejo. Ser soldado no es un trabajo para un niño. Los niños deberían estudiar. Ahora, cuando hacen preguntas en la escuela, yo no sé la respuesta.”
* Nombres ficticios para proteger la identidad.
Desde finales de enero de 2009, cuando el Ejército congoleño lanzó una operación contra los rebeldes de las FDLR (Forces Démocratiques de Libération du Rwanda), el conflicto se ha trasladado al norte y al oeste de la provincia de Kivu Norte. Los combates en Kayna han desplazado a mucha gente. Un equipo móvil de MSF está prestando atención médica en varios emplazamientos de la región y trabaja en los campos de desplazados de Nyanzale. En el hospital de Rutshuru (300 camas), MSF se ocupa de las urgencias médicas y quirúrgicas. Más información aquí.
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